viernes, 13 de mayo de 2011

“INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LAS PERVERSIONES”. LA TEORIA DE EDIPO EN FREUD Y LACAN. HUGO BLEICHMAR

El complejo de Edipo en Freud se ve explicito en tres momentos: el primero es la carta enviada el 15/10/1897 a su amigo Fliess, exposición que retoma en la “interpretación de los sueños”, el segundo se evidencia  en la “piscología de las masas y el análisis de Yo” en el capitulo VII en “el Yo y el Ello”, y en el capitulo III “el Yo y el Superyó”, y en tercer lugar  en “la organización genital infantil” (1923) y en la obra “sobre la sexualidad femenina” (1931).
Freud define el complejo de Edipo como el conjunto de sentimientos, aptitudes, emociones, ideas que existen en el niño y orientan su relación hacia sus padres de forma natural/biológica. Afirmando también que las sexualidad se organiza en el seno de la estructura edípica. Los padres también tiene una importante participación en el complejo de Edipo, donde los niños se dan cuenta de dichas preferencias (padre/hija-madre/hijo) y reaccionan ante ello. Es así como se convierte en un enfoque interaccionista, es decir, que el papel de los padres no es el de construir la sexualidad del niño, sino que es algo que  interactúa con algo propio del chico. El infante entonces vive el complejo de Edipo subjetivamente aunque Freud y Lacan hayan planteado una estructura del Edipo arbitraria que aplica para todos los sujetos.
En el complejo de Edipo  se da la constitución de los mecanismos de defensa y de funcionamiento psíquico. Esta estructura edípica lleva a la represión de deseos de tipo incestuoso/hostiles, contribuyendo a la constitución del inconsciente (primera tópica de Freud) aunque no lo funda, porque la que lo hace es la represión primaria. En este complejo se da la ambivalencia hacia ambos padres (respecto a sentimientos de odio y amor) y es necesario ya que no hay sujeto que exista sin que haya una relación con sus padres, se da además  la salida  a las identificaciones (identidad sexual y elección de objeto), se forma el Superyó (segunda tópica de Freud), se da el complejo de castración que es el núcleo o centro del complejo de Edipo. Cabe la pena resaltar que el Edipo de los hombres es diferente al de las mujeres. La identificación  juega un papel central en la construcción de la subjetividad en el complejo de Edipo, en la construcción de los mecanismos de defensa. Respecto a las perversiones (implica determinada identidad, una posición frente al deseo y la elección de objeto).
Por su parte Jaques Lacan amplia la concepción de Freud respecto al complejo de Edipo, fijándose no solo en lo que le pasa al niño, sino que su interés se focalizó también en lo que pasa en la situación donde el niño se ve inmerso. Introdujo el Lenguaje dentro del psiquismo humano y es por ello que va a decir por ejemplo que “el niño es el falo de la madre” (que es el niño para la madre y al mismo tiempo la madre se constituye en relación con el niño). Lo plantea entonces como una estructura intersubjetiva, la cual se caracteriza por:  en primer lugar da posiciones y lugares (vacios) que pueden ser ocupados por distintos personajes, en segundo lugar cada persona está en función del otro (Y=X), por ejemplo en la relación diádica madre-hijo la madres es independiente (aunque no del todo por su Edipo) respecto a el niño que es dependiente de su madre y tercero basándose en las estructuras elementales de parentesco de Levi Strauss las mujeres circulan entre los hombres y es así como en la estructura edípica lo que circula es lo que va a determinar la posición del personaje (lo que circula es el Falo).
El falo entonces, nombrado por Lacan es el significante de una falta y del deseo.
El significante es:  una traza material (acústica, visual, es del orden de lo sensible capaz de convertirse en perceptible, es un fonema, una imagen del sueño, una palabra, un olor determinado); por medio del significante algo queda inscrito en otro orden (transposición) que es el simbólico; el significante inscribe algo que está en ausencia (aparece en lugar de la cosa, en sustitución de la ausencia); aparece como aquello en que está registrada la falta (se puede producir la ilusión de que si esta el significante, que no falta nada). Un significante siempre remite a otros significantes, existen leyes que regulan la combinación de los significantes, el significante siempre puede ser tachado, anulado, destituido de su función por otro significante (si está presente podría no estar presente-el significante aparece como presente pro contraste con una ausencia posible).
El falo entonces es simbólico  e imaginario. El primero es aquel que esta presente y que se puede perder y el segundo es lo que completa una falta, le permite mantener la ilusión de no faltarle nada.
Otro de los conceptos importantes plateados por Jaques Lacan es el estadio del espejo comprendido entre los 6 y 18 meses del infante; donde hay una total incoordinación motriz en el cuerpo del niño y al mirarse al espejo (metáfora de la identificación con el Yo ideal) se ve completo, haciendo un contraste de su incoordinación con su Yo ideal generando que se vea como completo, es así como la imagen en el espejo le hace cerrar lo incompleto que se sentía.  El falo como significante de la falta queda como objeto concreto (dominación de los miembros, pene, dinero, auto, etc.) y completa la falta llevando a la perfección (identificación con el Yo ideal).

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